Julio 28, 2020 | Tiempo estimado de lectura: 2 min.
Durante la última década, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han cambiado nuestra vida de una manera impresionante. Hoy en día, con tan solo un click, podemos tener acceso, recibir o mandar cualquier tipo de información. Los niños y adolescentes que nacieron en plena era digital son, naturalmente, los más adeptos a las tecnologías, pero, al mismo tiempo, son los más vulnerables a ellas. Uno de los problemas que lamentablemente cada vez es más común, es el ciberbullying. El ciberbullying o ciberacoso consiste en ofender, amenazar, burlar, insultar o maltratar a una persona a través de internet o de la telefonía móvil –SMS, WhatsApp, sitios web o redes sociales–. Según la facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, a diferencia del bullying, donde las victimas reconocen a sus agresores; en el ciberacoso “el anonimato es aliado de la agresión”. Además, en el ciberacoso, cualquier lugar puede ser escenario de este tipo de agresión; a cualquier hora del día y con solo un click se logra agredir a personas, sobre todo jóvenes, de manera significativa.
Al día de hoy, la psicología entiende al ciberbully como un depredador moral cuyo objetivo se debe a sentimientos de inadecuación personal y profesional en el inconsciente. En lugar de aumentar su propia autoestima, el acosador reacciona ante cualquier persona o situación que pueda recordarle que él está mal, ridiculizando, humillando o criticando a sus víctimas.
Una vez que sabemos qué es y de dónde surge el ciberacoso, solo nos queda preguntarnos, ¿qué podemos hacer para prevenirlo?
La información es un arma imprescindible para lograr frenar el acoso digital o evitar que se dé desde un principio. No debemos dejarlo pasar. Las siguientes son algunas de las cosas que podemos enseñar a nuestros hijos con el objetivo de reducir las probabilidades de que sean víctimas del ciberacoso: